Manager Interino e Inteligencia Emocional

Written on 22.11.09 by Xavier Veciana

La Inteligencia Emocional es la capacidad humana para identificar, orientar y modificar nuestros sentimientos y los de los demás

El Manager Interino o Director Interino (Interim Manager), no sólo debe ser un ejecutivo experimentado, orientado a objetivos, resolutivo, rápido y fiable sinó que también debe estar dotado de una componente importante de Inteligencia Emocional, que es fundamental para el éxito de su trabajo. De hecho, cualquier persona que ocupe una posición directiva debe desarrollar y aplicar las habilidades y capacidades personales que provienen de la Inteligencia Emocional, pero en el caso del Interim, deben ser aun más relevantes ya que son llevadas al extremo, con el fin de obtener los resultados esperados en un período corto (o limitado) de tiempo.
En general, cuando un Manager Interino es contratado por una empresa para el desarrollo y ejecución de un proyecto, debe encarar rápidamente las desventajas provenientes del desconocimiento de la organización y su entorno, de su cultura empresarial, de las relaciones de poder explícitas e implícitas... etc., pero además puede encontrar, obstáculos adicionales por parte de miembros de la organización y de los equipos a los que debe dirigir como son, inquietud hacia su persona, desmotivación, rechazo interno al cambio, terceros que sienten usurpadas sus funciones, "ninguneo"y boicot.

El Manager Interino debe estar apoyado desde el inicio del proyecto por la Dirección General o la Propiedad de la Empresa, pero para mantener este apoyo, necesario para que su trabajo tenga éxito, no basta con resultados sino que debe ganarse la "confianza" de sus jefes, reportes y entorno, como profesional, y mantenerla hasta el final.
Para ello, es fundamental la Inteligencia Emocional, de manera que estos obstáculos adicionales sean soslayables e incluso se conviertan en puntos de soporte. Seguidamente se detallan varias actitudes que nos pueden ayudar, relacionadas con esta capacidad:

  • "Saber llegar y estar", captar y asumir rápidamente la cultura organizativa de la empresa, las relaciones interpersonales y jeràrquicas explícitas e implícitas (líderes naturales).
  • No intentar cambiar aquello que no esté relacionado con el proyecto. Es un gasto de energía innecesario y genera rechazo.
  • Empatía: saber escuchar y entender los problemas de los demás, pero nunca prometer soluciones que no tenemos certeza plena de su cumplimiento.
  • Asertividad: mantener con firmeza opiniones y decisiones que permiten avanzar hacia el objetivo, aunque sean impopulares, explicando el racional que las sustenta.
  • "Comunicar lo comunicable a quien se deba comunicar": la falta de comunicación efectiva a las personas involucradas en el proyecto provoca desconfianza, desmotivación y retrasos.
  • No intentar "quedar bien", sino ser nosotros mismos de una forma natural.
  • Evitar discusiones con una componente emocional o personal que las condiciona. Si ello no es posible, reconducirlas al plano racional y en términos asépticos (ganancia-pérdida, productividad, oportunidad-ventaja competitiva, amenaza-debilidad).
  • Reconocer los méritos de los demás y asumir la responsabilidad de los errores en la marcha del proyecto. Nunca señalar negativamente a personas, sinó puestos de trabajo y tareas.

Alguien puede pensar que no todos estamos dotados de igual manera en Inteligencia Emocional. Ello es cierto, pero la diferencia principal entre unos y otros se genera en base al uso de la misma en nuestro trato diario con las personas. Vale la pena desarrollarla.


















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